
El forro de un vestido es una parte silenciosa, casi invisible… pero absolutamente esencial. En La Bohème 1994 creemos que la verdadera alta costura no solo se mide por lo que se ve, sino también por lo que se siente desde adentro. Por eso, ponemos tanto cuidado en cada capa interior como en los bordados más visibles.
Más que funcional: un abrazo a la piel

El forro es la parte del vestido que está en contacto directo con la piel de la novia. Por eso elegimos materiales suaves, transpirables y nobles, como la batista de algodón o el forro de seda natural. Queremos que la novia se sienta envuelta, no restringida. Cómoda, no disfrazada. Que pueda vivir su día sin pensar en el vestido… solo disfrutarlo.
Estructura, caída y movimiento
Muchas veces el forro cumple también una función estructural: aporta peso, define la silueta o permite que la tela exterior fluya mejor. Lo diseñamos a medida de cada cuerpo y cada vestido, considerando escotes, transparencias y aberturas, para que todo encaje con exactitud y elegancia.

Detalles que solo la novia conoce

Hay novias que eligen personalizar el interior del vestido con mensajes bordados, telas heredadas o símbolos escondidos. El forro, entonces, se convierte en un lugar secreto, íntimo, donde guardar emociones. Nos encanta pensar que la belleza de un vestido también puede ser invisible… y profundamente personal.
Conclusión
En La Bohème 1994, creemos que un vestido perfecto empieza por dentro. Porque lo que no se ve también importa. Y porque cada puntada, visible o no, habla del cuidado, el arte y la intención con la que fue hecho.