Desde La Bohème 1994 siempre hemos querido acercar la Alta Costura al mayor número de personas, y qué mejor que una de nuestras novias para contarnos su experiencia y el bonito día que vivió vestida de novia. Un día, que sin duda alguna, volvería a repetir con los ojos cerrados.
Patricia conocía La Bohème 1994 desde hace algún tiempo, por lo que a la hora de elegir su vestido de novia, puso plena confianza en nosotros. Nos comentó la idea de boda que tenía pensada y el lugar donde tendría lugar y no fue difícil encontrar el modelo ideal.
Un vestido cómodo y ligero, pero con un toque de sofisticación que le permitiera disfrutar de un día muy especial en la playa.
Gasa de seda combinada con un cuerpo trabajado con tiras de raso dando volumen y entallando el vestido.
Patricia quiso personalizar un poco su traje añadiéndole unos detalles en plata, consiguiendo un precioso vestido de novia blanco con pedrería plateada, un diseño de Alta Costura elegante y muy femenino pero, sobre todo, diferente y original.
Ella misma nos habla entusiasmada y con mucha ternura del tiempo que dedicó a su vestido de novia y cómo resulta de divertido y emocionante ver el proceso de confección de tu propio vestido, y más aún cuando se tiene plena confianza en nuestros diseñadores Salva Robles y Vicente Cano, así como en el maravilloso equipo, “¡un equipo que es una pasada!” dice.
Cuando preparas un día tan especial el tiempo pasa volando y por fin llegó el tan esperado 3 de septiembre. La ceremonia tuvo lugar al atardecer en la Cala Illetes, en la isla de Formentera, donde siempre que pueden hacen una pequeña escapada. Los novios llegaron a la cita con un Porsche Cayenne, cada uno a su estilo. Además, mientras la novia desfilaba por la pasarela, sonaba música, lo que lo convirtió en un momento más especial si cabe.
Patricia y Toni recuerdan los preparativos de su boda con mucho cariño. Mimaron cada detalle hasta el último milímetro, incluso las invitaciones las crearon ellos personalmente. A cada invitado los sorprendieron con una pequeña botella de cristal rellena con la misma arena donde se dieron el “sí, quiero”. Cada botella llevaba dentro un bonito mensaje escrito por ellos mismos que no dejaba indiferente a nadie. Un pequeño detalle que deja ver toda la dedicación y cariño con la que prepararon el gran día.
Si hay alguna palabra que defina la boda de Patricia y Toni sería incomparable. Los novios contaron con un deejay que les acompaño en todo momento, poniendo banda sonora a cada instante como si de una película se tratase. Nos cuentan con una sonrisa en la cara que el banquete se acabó convirtiendo en un picoteo informal, en donde los invitados no pararon de bailar al ritmo de la música.
Desde luego, Patricia estaba increíble con su vestido de Alta Costura y con un estilo propio que no dejó indiferente a nadie. ¡Hoy mismo se volvería a casar y cómo no, repitiendo traje de La Bohème 1994!
