
El peinado no es solo un complemento del look nupcial: es parte del todo. Y cuando una novia decide llevar flequillo, ese pequeño gesto puede influir mucho más de lo que parece. En La Bohème 1994 creemos que la armonía entre el rostro, el peinado y el vestido es clave para lograr un estilo que sea coherente, elegante y genuino.
Cómo influye el flequillo en el diseño

El tipo de flequillo que se elija –ya sea recto, desfilado o tipo cortina– puede cambiar completamente cómo se percibe el escote o la parte superior del vestido. Por eso, al diseñar, tenemos en cuenta estos elementos para buscar un equilibrio visual que resalte lo mejor de cada novia.
Vestidos que realzan el rostro
Cuando hay flequillo, suele funcionar muy bien un escote abierto o diseños con tirantes finos, que liberan la zona del cuello y permiten que el rostro y el peinado respiren. También trabajamos espaldas pronunciadas o mangas delicadas que compensen el protagonismo del rostro.

El conjunto completo

El maquillaje, los accesorios y hasta el tipo de tejido del vestido deben trabajar en conjunto con el peinado. Tejidos vaporosos acompañan mejor a estilos más sueltos, mientras que cortes estructurados funcionan bien con flequillos rectos o definidos.
Conclusión
En La Bohème 1994 pensamos el vestido como una extensión de la novia, no como un disfraz. Si llevás flequillo porque es parte de tu identidad, lo celebramos. Y diseñamos pensando en vos, de raíz a puntada.